La Violencia en el Cine


                            “La muerte no llega nada más que una vez, pero se hace sentir en todos los                   momentos de la vida”     
   Jean de la Bruyère

Todo hemos estado cerca del debate en torno a la violencia dentro del cine y la televisión, principalmente norteamericana. Padres, grupos religiosos y otras series de grupos radicales han buscado diversas formas de prohibir películas(principalmente) y programas de extrema violencia. Como bien lo presentó Michael Moore en su documental “Bowling for Columbine”, muchos ciudadanos culpan a dichos contenidos mediáticos como la principal causa de la violencia en nuestra cultura. Se cree que la exposición por parte de niños, jóvenes e incluso adultos a la violencia mediática alteraría tanto su mente que los convertiría en individuos destructivos y agresivos.

Pero… Realmente ¿El cine y la televisión de contenidos violentos generan violencia en la cultura?

George Gebner, a través de sus estudios sobre la televisión, descubrió que los medios violentos no generan individuos violentos “La T.V no cambia la conducta”. Solamente en el caso del consumidor pesado, el cual ve más de 7 horas diarias de televisión, puede existir una repercusión en el sentido de la violencia, pero no necesariamente signifique que se convertirá en un individuo violento, sino que su percepción del resto del mundo será el de un mundo agresivo.

Yo propongo que no solo que no genera sujetos agresivos, también que “El cine y la televisión violenta satisfacen los impulsos de energía más vitales y primitivos, y se debería producir y promover más contenido de este tipo, puesto que, ayuda al “yo” fragmentado a estar en un estado de equilibrio; y reducir la violencia en la cultura.”

El psicoanálisis plantea que para reconstruir al “yo fragmentado”, es necesario presentarle lo reprimido de manera que el sujeto no pueda ver a nivel consciente sus deseos cumpliéndose. Esta postura explicaría el morbo en la cultura.

El cine y la televisión violenta son una ramificación, una metáfora de nuestro instinto asesino, heredado desde el hombre primitivo y que, a su vez, le da significado(y por ende goce) al instinto más antiguo y natural: el instinto de supervivencia. Por lo tanto, este material puede funcionar para contrarrestar la fractura inconsciente dentro de la psique al tiempo que refuerza el comportamiento apropiado para vivir en sociedad. La violencia no existiría si pudiera ser siempre cubierta por una fantasía cinematográfica.

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